domingo, 6 de diciembre de 2015

Christian Kiseno combina gastronomía y fotografía

Por Marisol García

Es chef, graduado en el Instituto de Estudios Gastronómicos de Venezuela, donde actualmente se desempeña como profesor de Emplatado; fotógrafo y diseñador de joyas. Otra de sus habilidades es el diseño de platos. Compartió su experiencia profesional, con los 12 participantes del Taller de Fotografía Culinaria, dictado el 03 de noviembre de 2015, en Amaretto Café, un local de reciente inauguración en Barrio Obrero, entre calles 12 y 13, diagonal al cine Pirineos. Este taller fue organizado por la Fundación Parpadoelocuente y Funcrearte, con una duración de 4 horas (2:00 a 6:00 p. m.).

El curso versó sobre cómo hacer excelentes fotografías de comida, contenido de utilidad para quienes desean promocionar alimentos en cafeterías, restaurantes, dulcerías, heladerías y panaderías o sus ventas a domicilio (delivery). Comenzó explicando los ángulos desde los cuales hacer una fotografía de un plato, comentó que el usual es desde el punto de vista del comensal, este es el que suele aparecer en las fotos sin fines comerciales; para seleccionar la mejor, aconseja que deben hacerse varias tomas, desde distintos ángulos.

En relación con el uso del soporte (puede ser una mesa, una barra), Kiseno recomienda que el fondo no tenga mucha decoración, y aclara que lo ideal sería usar una mesa de fotografía porque permite el manejo de la iluminación y el plato da la impresión de estar suspendido. Sobre el uso de los platos recomienda el blanco puesto que permite destacar los colores de los ingredientes, así como evitar el uso de colores fuertes, pues absorben el color. La iluminación natural puede aprovecharse antes de las 10 a. m. o después de las 4 p. m., pues una luz muy fuerte afecta la calidad de la foto.

En el momento de tomar las imágenes se debe trabajar de manera planificada, ya que los alimentos pierden rápido la frescura y con ella el brillo y la nitidez de los colores. Para garantizar la frescura sugiere usar un atomizador con agua, gelatina sin sabor para mantener el brillo y no debe estar completamente cocida. Para dar sensación de frescura en los vasos o copas, se puede usar vaselina, pues la capa formada hará que se mantengan las gotas por más tiempo. Las tomas de bebidas pueden ser en el momento de servirlas, así podemos variar la imagen común del vaso servido.

Christian Kiseno, detrás de la fotógrafa, orientando a los participantes ǀ Foto: Marisol García

Las tomas dependen del tipo de emplatado (clásico, disperso o estructurado); por ejemplo: las hamburguesas y las ensaladas suelen presentarse con el tipo estructurado, caracterizado por la altura; en ese caso la toma debe permitir observar las distintas capas e ingredientes utilizados, por tanto, debe ser cercana. Kiseno animó a los participantes a no tener temor de mostrar elementos externos al plato, como áreas del restaurante o el personal. Este contenido tuvo una sesión práctica con postres y entradas proporcionados por el personal de Amaretto.


Los participantes en la sesión práctica ǀ Foto: Marisol García


Culminó animando a los presentes a analizar la obra de los fotógrafos gastronómicos más destacados, como el paisajista Carl Warner, Bill Brady, Hellen duJardin, Lou Manna, Matt Armendariz, Maicold Ray, Penny de los Santos, Rick Souder, Francesc Guillematt, Beth Galton, Francesco Tonelli y Red Hong Yi.


Conviene mencionar que este es el primero de una serie de talleres que dictarán los organizadores en el primer trimestre de 2016. Si te interesa la fotografía, sigue en las redes a estas organizaciones con fines educativos.

Instagram @fundacionparpado
Twitter @fcparpado
Funcrearte: @funcreartevlza


Dato interesante
“Hay más de 40 millones de imágenes bajo el marcador food (“comida”) y alrededor de 14 millones con la más sugestiva etiqueta foodporn, lo que da una idea de cómo el exhibicionismo gastronómico vive una etapa de gloria. Es un acto casi reflejo que ya no sorprende a ningún restaurador: sacar el móvil para fotografiar el plato que nos acaban de servir. Un reflejo igual de válido si nuestro pastel casero de cumpleaños o la paella del domingo nos han quedado de vicio. Así, en Instagram y otras aplicaciones fotográficas, los usuarios se han apropiado del viejo dicho “dime qué comes y te diré quién eres” para alardear de sus fotogénicos desayunos, tentempiés o meriendas. Y es que la comida entra por los ojos, y las imágenes “ayudan a conectar a la gente de todas las condiciones, lenguas y culturas”, como dice Kevin Systrom, CEO y fundador de Instagram”.

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Espacio de promoción cultural dirigido por estudiantes de la carrera de Comunicación Social, cuyo fin es informar periodísticamente sobre los eventos culturales realizados en el estado Táchira, Venezuela

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