Por Marisol García
Es chef, graduado en el Instituto de Estudios Gastronómicos de Venezuela, donde actualmente se desempeña como profesor de Emplatado; fotógrafo y diseñador de joyas. Otra de sus habilidades es el diseño de platos. Compartió su experiencia profesional, con los 12 participantes del Taller de Fotografía Culinaria, dictado el 03 de noviembre de 2015, en Amaretto Café, un local de reciente inauguración en Barrio Obrero, entre calles 12 y 13, diagonal al cine Pirineos. Este taller fue organizado por la Fundación Parpadoelocuente y Funcrearte, con una duración de 4 horas (2:00 a 6:00 p. m.).
El curso versó sobre cómo
hacer excelentes fotografías de comida, contenido de utilidad para quienes
desean promocionar alimentos en cafeterías, restaurantes, dulcerías, heladerías
y panaderías o sus ventas a domicilio (delivery).
Comenzó explicando los ángulos desde los cuales hacer una fotografía de un
plato, comentó que el usual es desde el punto de vista del comensal, este es el
que suele aparecer en las fotos sin fines comerciales; para seleccionar la
mejor, aconseja que deben hacerse varias tomas, desde distintos ángulos.
En relación con el uso del
soporte (puede ser una mesa, una barra), Kiseno recomienda que el fondo no
tenga mucha decoración, y aclara que lo ideal sería usar una mesa de fotografía
porque permite el manejo de la iluminación y el plato da la impresión de estar
suspendido. Sobre el uso de los platos recomienda el blanco puesto que permite
destacar los colores de los ingredientes, así como evitar el uso de colores
fuertes, pues absorben el color. La iluminación natural puede aprovecharse
antes de las 10 a. m. o después de las 4 p. m., pues una luz muy fuerte afecta
la calidad de la foto.
En el momento de
tomar las imágenes se debe trabajar de manera planificada, ya que los alimentos
pierden rápido la frescura y con ella el brillo y la nitidez de los colores.
Para garantizar la frescura sugiere usar un atomizador con agua, gelatina sin
sabor para mantener el brillo y no debe estar completamente cocida. Para dar
sensación de frescura en los vasos o copas, se puede usar vaselina, pues la
capa formada hará que se mantengan las gotas por más tiempo. Las tomas de
bebidas pueden ser en el momento de servirlas, así podemos variar la imagen
común del vaso servido.
Christian Kiseno, detrás de la fotógrafa, orientando a los participantes ǀ Foto: Marisol García |
Las tomas dependen del tipo de emplatado (clásico, disperso o
estructurado); por ejemplo: las hamburguesas y las ensaladas suelen presentarse
con el tipo estructurado, caracterizado por la altura; en ese caso la toma debe
permitir observar las distintas capas e ingredientes utilizados, por tanto,
debe ser cercana. Kiseno animó a los participantes a no tener temor de mostrar
elementos externos al plato, como áreas del restaurante o el personal. Este
contenido tuvo una sesión práctica con postres y entradas proporcionados por el
personal de Amaretto.
Los
participantes en la sesión práctica ǀ Foto: Marisol García
Culminó animando a los
presentes a analizar la obra de los fotógrafos gastronómicos más destacados,
como el paisajista Carl Warner, Bill Brady, Hellen duJardin, Lou Manna, Matt
Armendariz, Maicold Ray, Penny de los Santos, Rick Souder, Francesc Guillematt,
Beth Galton, Francesco Tonelli y Red Hong Yi.
Conviene mencionar que este es
el primero de una serie de talleres que dictarán los organizadores en el primer
trimestre de 2016. Si te interesa la fotografía, sigue en las redes a estas
organizaciones con fines educativos.
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Funcrearte:
@funcreartevlza
Dato
interesante
“Hay más de 40 millones de imágenes bajo el marcador food (“comida”) y alrededor de 14 millones con la más sugestiva etiqueta foodporn, lo que da una idea de cómo el exhibicionismo gastronómico vive una etapa de gloria. Es un acto casi reflejo que ya no sorprende a ningún restaurador: sacar el móvil para fotografiar el plato que nos acaban de servir. Un reflejo igual de válido si nuestro pastel casero de cumpleaños o la paella del domingo nos han quedado de vicio. Así, en Instagram y otras aplicaciones fotográficas, los usuarios se han apropiado del viejo dicho “dime qué comes y te diré quién eres” para alardear de sus fotogénicos desayunos, tentempiés o meriendas. Y es que la comida entra por los ojos, y las imágenes “ayudan a conectar a la gente de todas las condiciones, lenguas y culturas”, como dice Kevin Systrom, CEO y fundador de Instagram”.
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