Por: Lisseth Rivero
Su trayectoria inició en Nueva Zelanda (ciudad natal de la artista), donde estudia fotografía profesional. Al graduarse decide trabajar alrededor de un año de asistente, se va a vivir a Australia (porque para ella este país y Nueva Zelanda son una especie de fronteras abiertas), ve el cambio de residencia como “una oportunidad debido a que Nueva Zelanda es tranquilo y no hay opciones amplias para la fotografía; quizás en un periódico u otra rama comercial, como bodas”. Comienza la carrera formal en Australia con fotografía de estudio; se va a New York a seguir estudiando; muda sus intereses a Ciudad de México, ahí hace fotografía documental y autoral. También es profesora en diversas escuelas donde enseña a capturar imágenes y lleva un taller de estenopeica para niños con escasos recursos económicos.
¿Por qué escogiste México para vivir y empezar a realizar documental y editorial?
Bueno, había estudiado un poco de español, por eso, quería viajar a un país para practicar el idioma y ver “qué onda”. Luego descubrí que México tiene un programa de intercambio de trabajo que se llama Working Holiday y pensé: “bueno, me voy un año a mejorar mi español y trabajar”, así lo hice. Llegué con ese programa y mi plan de quedarme solamente un año se ha convertido en tres años y, por ahora —dice entre risas—, no tengo planes de irme, aunque tampoco creo que vaya a estar ahí toda la vida.
Todo se resume en viajar y tomar fotografías, no había nada concreto realmente, pero estando en México descubrí que el mundo del arte está surgiendo. Lo veo como un lugar donde tienes la oportunidad de crecer, México tiene mucha gente creativa, muchas exposiciones y muchos eventos que ofrecer, así te nutres de arte mientras lo haces.
¿Cómo fue el proceso de ganarse la residencia aquí en Venezuela?
Trato, en los momentos que no tengo trabajo (o al menos en un descanso), de enviar mis proyectos a concursos o convocatorias; y en esta oportunidad fui seleccionada para la beca residencia del Méridafoto 2015. Creo que es importante dar a conocer tu trabajo mediante estas becas, concursos y oportunidades que se presentan, Internet está constantemente dándote la posibilidad de esto.
Llegar al país y luego a trabajar en su proyecto, ¿qué tal estuvo?
Esta ha sido una experiencia bella, la gente en Venezuela es súper amable, a veces, me cuesta encerrarme solo en un tema, por lo que tres semanas me pareció un tiempo corto, pero finalmente obtuve algo que no había planificado. Mérida es un lugar tranquilo, al lado de las montañas, inspira, es otro lado de la vista que estoy acostumbrada a ver en Ciudad de México. Respecto al festival ha sido genial, pienso que las obras tienen calidad, las presentaciones de los otros fotógrafos son buenísimas, y aparte el hecho de estar en un ambiente en el que todo el mundo está interesado en la fotografía y en cosas iguales o similares a las tuyas genera conversaciones afables y lazos con personas interesantes. Una parte de lo que me gusta es que también involucra otros medios como la pintura y la arquitectura.
¿Qué opina sobre el trabajo seleccionado en la GAF para la exposición de este año?
Vi un nivel alto en cuanto a contenido y montaje, el salón tenía aptitud y el hecho de que no tuviera un tema específico representó para mí cualquier tipo de expresión en los jóvenes, por no ser una especialidad como fotografía de retrato o documental.
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