Por Briyit Skirla Molina Torres
Es cultor del arte desde hace 54 años, proviene de una familia dedicada a la elaboración de la cestería, tradición que le permitió a sus 6 años incursionar en el oficio manual, en el cual ha permanecido gran parte de su vida.
Guerrero inició en el arte al mismo tiempo que en la escuela, cuenta que, al llegar a su casa, ayudaba junto a sus 13 hermanos a armar cestas para la venta, de esta manera contribuía con el sustento del hogar.
“El oficio es hereditario, mis abuelos lo practicaban, mis padres también, todos mis hermanos se dedican a esto”, afirma Guerrero.
Al preguntarle acerca de su especialidad, expresó: “Siempre ha sido la cestería, creo canastos navideños y mercaderos, moisés, pañaleras y lo que me pidan, claro, siempre y cuando sea de mi área”.
Arte por décadas
Ha tenido la oportunidad de exponer su trabajo durante 29 años en la Feria Internacional de San Sebastián (FISS), la última vez que participó fue en el 2011, y para ese año ya ubicaban a los artesanos en la plaza Miranda.
Proceso de creación para una pieza
Depende de la calidad y el modelo de la cesta; si es grande y el tejido novedoso, el tiempo de duración es de tres horas, de lo contrario, si es tradicional, solo media hora.
Al momento de hacer referencia a las herramientas que utiliza para realizar su labor, se notó en su rostro una sonrisa pícara, al mismo tiempo que añadió: “Tijeras, cuchillo y el instrumento principal, las manos”.
Al finalizar la entrevista, José Martín Guerrero exhortó a los organismos gubernamentales a apoyar la iniciativa cultural, de igual manera, invitó a los individuos a inmiscuirse para realzar el arte en el estado Táchira.
Los amantes de la artesanía pueden asistir al local de Guerrero, ubicado en El Abejal de Palmira, vía Panamericana, N.° A-70, municipio Guásimos.
Productos
artesanales. Foto: Cortesía de José Martín Guerrero
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