Por Marian Molina
Gabriela Buitrago es una joven
que apuesta al éxito a través del método Startup.
Comunicadora Social, oriunda del Táchira, quien a los 23 años de edad ha
acumulado dos años navegando en la web ganando seguidores; hoy es reconocida
como una emprendedora dentro de los medios digitales, a través de los cuales
busca fortalecer el entretenimiento del público en su localidad basándose en la
promoción de la cultura.
Gabriela Buitrago en los jardines de la librería Sin Límite. Fotos: Lotty Guerra |
En octubre corrió en las redes
sociales un banner publicitario sobre
una conferencia que trataría de experiencias de emprendimiento. No sorprendió
que fuese una de los invitados especiales a compartir su experiencia en aquella
reunión de jóvenes identidades empresariales de la región.
Fue durante Talking Business de la org internacional (AIESEC) en la
librería Sin Límite, lugar donde el equipo de Masato Cultural tuvo la oportunidad
de conocer detalles del proyecto que Gabriela llamó, hace dos años, La Mini Agenda. La vimos frente al
público con seguridad, demostrando su destreza sobre el tema, como quien ha
aprendido de sus errores; expone la idea que le ha copado su espíritu por el
arte.
Como experta en Social Media y Startup asegura:
Hoy
estamos en un mundo locamente acelerado, y la manera de contrarrestar los
efectos nocivos de él, es con paciencia, solo el que persevera alcanza.
Es notorio cómo las grandes marcas se han dado cuenta de que
la manera acelerada en la que se estaban manejando los medios digitales no era
la correcta, y han ido disminuyendo la velocidad porque es lo que realmente nos
beneficia a todos.
La
Mini Agenda ha sido una excelente experiencia, ver cómo en
dos años una idea loca en mi cabeza se convirtió en mi proyecto personal, he pasado en dos años por una metamorfosis
que nos ha llevado a esto, a ser partícipes del ideal desarrollador juvenil a
través de los talentos y al potencial profesional como empresaria.
¿Cuántas
entrevistas te han hecho?
-risas- Ya perdí la cuenta, en
muchos medios de comunicación como la radio, la prensa y la televisión ha llegado el nombre de La Mini Agenda. Además he tenido la oportunidad de ser ponente,
especialmente sobre Social Media, como por ejemplo, en proyectos de
emprendimiento y Startup.
¿Cómo
fueron los inicios de La Mini Agenda?
Comencé sola el plan cuando surgió el boom del Community Manager que, por cierto, sabía poco de ello. Para esa
época me encontraba en Caracas y observé
la fuerza de la movida cultural de aquella ciudad a pesar de ser muy variada;
noté que había un gran enfoque en la agenda cultural y de ocio entre los medios
de comunicación. Pensé que en San Cristóbal también estaba surgiendo este
movimiento cultural y social, inclusive, me encontraba muy involucrada con la
Fundación Cultural Bordes, hacía teatro en la universidad, además conocía la
movida nocturna de San Cristóbal, algunas bandas nuevas, en conclusión, conocía
suficiente sobre el meollo cultural de la ciudad.
Publicaba todas las noches en mi Facebook
personal sobre qué había en la ciudad, o mis amigos me preguntaban y casi
siempre lo sabía.
Además
de esto sabía que me gustaba el tema del diseño digital, la publicidad, las
redes sociales. Una noche organicé mis ideas para dejar de ser un todero sin rumbo; fue así como surgió la idea de unir ese gusto
personal por la cultura, de promocionar
la cultura libre, así se creó La Mini
Agenda, un espacio donde podía aplicar todas estas destrezas y sacarle
provecho.
Cómo
has consolidado la idea de La Mini Agenda?
Soy muy pro cultura libre, ya
los eventos financiados tienen su espacio en medios tradicionales, pero los
eventos alternativos necesitaban un canal donde mostrarse. Cuando formé La Mini Agenda estaba segura de que
debía comenzar por promover el movimiento gratuito, o de bajo costo, sobre todo
en esta ciudad siendo tan universitaria, sabía que era un elemento importante para
hacer surgir el experimento en pro de la cultura.
El cine fue un gancho
indispensable dentro de La Mini Agenda
porque se hacían muchas actividades en la sala de la Cinemateca, pero poco se
conocían, como las proyecciones de cine autor; por esta región es muy difícil
obtener a la mano este tipo de cine independiente, como por ejemplo, ciclos de
cine japonés, francés, chino… En la Cinemateca sí llegaba, sin embargo, era
poco promocionado. Entendí que aquí sí se hacía lo mismo que en Caracas y el
haber estado un tiempo allá, me hizo entender que se le tenía que sacar provecho
a todo esto y exponer la cartelera interesante de la sala.
El espacio para la promoción
de los eventos era el elemento ausente más significativo que causaba el poco
público.
Cómo
ha sido el ritmo de involucrar más público a la dinámica cultural de la ciudad?
Va
en aumento. A pesar de la dificultad que es lograr el aumento de un público
asistente, sobre todo, en aquellos lugares que tienen un vínculo
marcado con la política: primero, porque puede destacar el estigma de que todo lo producido allí estará
relacionado con la política del agente administrador, pero no siempre es así. Este
fenómeno ocurre con todos los espacios que se han deteriorado, como el Ateneo
de Táchira, el Museo del Táchira, o las plazas que están solas y peligrosas.
Si no se hace un uso frecuente
de ellos, pronto quedarán baldíos y cambiarán de dueños, como a los maleantes,
o en el abandono absoluto, disminuyendo los espacios del quehacer del artista, que desea tener variedad
de espacios para proyectarse.
¿Qué
resultado ha dado hasta hoy La Mini
Agenda?
El primero ha sido como
trampolín de autoconocimiento, perfeccionamiento como persona y profesional.
Siempre he sido extrovertida, cualidad que estimo como clave para seguir adelante,
pero lo más gratificante de todo es ver cómo va dando resultado la intención:
ofrecerle cultura a más gente.
¿Crees
que la recepción del público ha llegado al tope?
No, inclusive aquí hay
variedad de público, y La Mini Agenda
no puede abarcarlos todos. Existen públicos muy específicos que no se acercan
al tipo de recreación a la que estamos dirigidos.
Además que en temporadas de
vacaciones la cantidad de eventos disminuye drásticamente, y esto hace que
disminuyan los medios de ingresos y de popularidad en los grupos que
constantemente llevan algo que ofrecer, haciendo que muchos artistas migren al
centro del país, a tierras extranjeras, o, en el peor de los casos, se
desintegren porque pierden sus esperanzas de crecer desde aquí. Esto no debe
ser así, porque en la medida que suenen sus nombres en una comunidad específica,
mayor son las posibilidades de obtener reconocimiento en otras latitudes.
Hablas
de nosotros, ¿quienes son los demás?
Hablo de ¨nosotros¨ porque en el camino me he topado con gente maravillosa
que desea y busca lo mismo, con quienes vamos construyendo esa red de amantes
de la cultura, del arte. Todos con la misma ansia de unificar al mundo a través
de las humanidades.
¿Qué
te gusta del concepto startup?
En el momento de poner en
acción una idea, es siempre una incertidumbre que terminas disfrutándolo,
porque esa idea la genera una mente primaria, luego llega un compañero a sumarse
al equipo, dándole paso a más ideas descabelladas. También está el que
evoluciona las ideas o las recrea, uno que lo apoya, y así se va expandiendo el
rompecabezas de personas y tareas que van construyendo y solidificando el
proyecto.
Tienes
tiempo trabajando en otro proyecto, ¿cuál es?
Con unas amigas consolidamos otra idea que
ofrecimos al mercado como Traveling
Táchira, es un proyecto de promoción turística, con miras a exaltar lo
bello de nuestro estado. Somos cinco personas, todos con gran creatividad.
Hoy la crisis hace que todos
debamos ingeniar cómo ganar, cómo salir adelante y allí la creatividad es el
arma dentro del juego, y no hay quien se salve de ello.
¿En
qué medida crees que estas ideas de startup
funcionen?
Todo está en la medida que se ponga como
disciplina. Si hay una idea, se cree en ella, se trabaja, se pone en práctica
con ánimos de ir perfeccionando el método, debe llegar un momento en que te
topas con los resultados. El objetivo en general es que ese espíritu de
emprendimiento se multiplique, porque abre oportunidades y pone al descubierto disciplinas
que se van aproximando a la “hipersegmentación”.
¿Cuándo
fue el momento en que La Mini Agenda
comienza como empresa, que se comienza a valorizar su trabajo?
El año pasado, es decir, al año de haber
comenzado. Claro que no fue significativo, pero a medida que hacía Social Media Management obtuve una
cartera de clientes que compraban publicidad, aunque me cansé, y entendí que
esa no era La Mini Agenda. Hoy en día
vendo, pero para promocionar marcas nuevas y publicidad a eventos con tiempo de
promoción, o en su defecto por la proximidad no tiene cómo costear un espacio
radial o en prensa.
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