Por Marisol García
“Lo
interesante hoy es que hay escuelas. Pero siempre he pensado que la mejor
manera es desarrollar la originalidad y una manera de pensar, de ver, que es
singular…
Creo que
el arte es una entrevista infinita con las formas y que ese diálogo es una
negociación perpetua y que ese es el motor del deseo de ser curador o de
escribir.
Finalmente,
es como pasamos de la imagen a las palabras, de la reflexión a la acción y es
ese estado intermedio que funda el oficio de curador”
Nicolás
Bourriaud, curador y ensayista francés
En
el marco del Curso de Curaduría organizado por la Fundación Bordes en el Museo
del Táchira, los días 23 al 25 de noviembre de 2015, con la experimentada
curadora y crítica de arte tachirense, licenciada María Luz Cárdenas, Masato
Cultural la entrevistó sobre este oficio que nos permite conocer el arte con
mayor profundidad.
María Luz Cárdenas. Foto de Marisol García |
¿Cómo
ha sido su acercamiento académico a la curaduría?
En Venezuela no existen estudios formales,
académicos de curaduría, formación de curadores. Tengo una formación académica
en Sociología y Filosofía, con posgrado en Filosofía. El acercamiento fue a
través de mi experiencia como investigadora en el Museo de Arte Contemporáneo
de Caracas Sofía Ímber (MACCSI) durante 25 años y también de pasantías en
museos. En aquella época, hace casi 40 años que
comencé a trabajar, los estudios formales de curaduría tampoco eran
frecuentes. Esa es una carrera, profesión u oficio relativamente reciente, como
objeto de estudio en la academia. Actualmente, existen estudios en Argentina,
Francia, New York… En mi caso fue la formación académica, los estudios sobre
Historia del Arte y la experiencia en el MACCSI.
¿Cómo
concibe la relación autor – curador?
Es interesante porque es un figura que en
los últimos años se ha ido transformando: del curador como figura organizadora
de una exposición con reglas determinadas y fijas, con la imposición que da la clasificación
canónica de las bellas artes, a una
noción más libre, abierta, de autoría de exposiciones, un poco como se habla de
cine de autor. Es el curador quien impone, presenta una hipótesis abierta del
trabajo, que va desarrollando a través de la presentación de obras. Son dos
modelos: Uno, más riguroso, estricto; otro, más abierto, libre, que es el de
autoría.
¿Qué
elementos, en su opinión, la inducirían a catalogar una curaduría como
excelente?
La coherencia entre la idea original y la
solución final, la calidad de las obras seleccionadas y la disposición del
recorrido en el espacio, que sea nítido, a tal punto que permita al espectador
fluir dentro de las obras y comprender el concepto del curador de la manera más
sencilla y fácil posible, sin mucha palabrería incluso.
¿Qué
intenta enseñar a través del curso, sobre todo teniendo en cuenta la
heterogeneidad de los participantes?
María Luz Cárdenas dictando el curso. Foto de Marisol García |
La idea del curso es introducir, esta es
una primera aproximación al tema de la curaduría, por ello, he presentado
tantos ejemplos. Es sensibilizar al público sobre esta temática, mostrar cómo
se han resuelto los problemas temáticos en distintos tipos de exposiciones,
para que a partir de ahí se puedan revelar intereses o se planifiquen talleres
más específicos.
¿Cuáles
son sus curadurías más satisfactorias o que recuerde con mayor agrado por su
impacto en los espectadores?
Es difícil responder, es como si tuviese
que seleccionar cuál es el hijo más querido. En el 2006 cuando llevamos la
colección del MACCSI a Madrid, fue no solo satisfactorio para mí sino también
para el país por el reconocimiento recibido en España. Otra que no hice con
colecciones dentro de un museo, sino fuera, en 1995, en los espacios Unión, que
se llamó Héroes, mitos y símbolos
patrios, manejamos el uso de las figuras patriotas en el arte contemporáneo,
cómo los artistas habían trabajado esas imágenes. Fue interesantísimo porque en
aquel momento ni se soñaba con el abuso de las imágenes patrias que íbamos a
tener ahora. Ha sido un tema que ha interesado muchísimo. Los artistas lo han
manejado con mucha libertad e incluso con irreverencia. Hay otra, en el 2013,
sobre el arte pop Estados Unidos y Venezuela, que expuso en la
sala Corbanca del BOD (Banco Occidental de Descuento), cómo se relacionó desde
sus orígenes la presencia del pop art
en Estados Unidos y cómo se desarrollaron esas mismas tendencias en nuestro
país. Fue un diálogo interesantísimo. Hay muchas más, por supuesto.
¿Qué
le aconsejarías a una persona que tenga interés por iniciarse en este campo?
Sobre todo estudiar mucho y determinar su
campo de interés, profundizar en él, ya que eso es lo que te va a marcar el desarrollo de tu carrera como curador: la
experiencia práctica es determinante, el trabajo con museógrafos en el
desarrollo de exposiciones, asistir a exposiciones, analizarlas, recorrerlas
con ojo crítico, por eso, doy tantos ejemplos en el curso porque mi idea es
presentar una crítica al discurso expositivo, como crítica de arte. Eso
esencialmente: estudiar mucho tu campo de interés.
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