Por: Marian Molina
Debo reconocer que jamás me he sentido
fanática de la fotografía casual, pero la idea de organizar un evento sobre
este tópico, con el fin de informar, entretener o educar a un determinado
público, ha sido mi motor de acción.
Desde un inicio los miembros de Masato
Cultural sabíamos que no nos quedaríamos reseñando los eventos que otros
organizaban en la ciudad, que en algún momento nosotros estaríamos en ese rol
de organizadores. En muchas oportunidades hemos sido espectadores y desde ese
papel todo parece fácil y obvio. Por ello, las críticas a los detalles de un
espectáculo también surgen con rapidez, pero, ¿qué implica organizar un evento
en San Cristóbal? No un show musical con una banda de moda, sino un foro de
fotografía un sábado en la mañana. Sí, es el día para descansar, hacer
ejercicios, hacer la cola para comprar alimentos, etc. ¿Cómo animar a las
personas a asistir a este tipo de evento este día en la mañana? Olvidé
mencionarles un detalle más: en un sitio alejado del Centro y de poco acceso a
través del transporte público. Coincido con ustedes, era una misión casi
imposible.
Como integrante del grupo sabía que llevaría
días de intenso trabajo para lograr materializar cada idea que tuviera el logo
de Masato Cultural, como marca
emergente. Nos tocó de primeros; sí, los ratones de laboratorio. El periodo
para planificar y ejecutar eventos duraría dos meses, uno por semana, iniciando
el 21 de marzo de 2015 y terminando el 17 de abril.
Los elegidos para el foro fueron el maestro
de la fotografía analógica y digital, José Ángel Mora, periodista que demuestra
su insaciable sed de conocimientos y pasión por el espacio aéreo; la talentosa
actriz, poeta y gestora cultural, Ana Berta López, quien ha retratado por
décadas, con una esencia melancólica y realista, a los personajes icónicos del
arte tachirense; y, por último, el comunicador social, locutor, poeta y editor
de la revista El Recital, Porfirio
Parada.
A pesar de la experiencia de los ponentes no
sabíamos con certeza si los contenidos serían interesantes para la audiencia,
si habría conexión entre los asistentes y los ponentes. Nuestras dudas huyeron
cuando observamos las considerables intervenciones de los oyentes con preguntas
y propuestas, que, a mi parecer, mostraban el entusiasmo por las ideas
expuestas y por la muestra de la obra fotográfica. La pregunta, que recuerdo,
resumió todo lo expuesto por los ponentes fue “¿Quiere decir que para ser
fotógrafo no necesitas tener un título?” No,
para ser fotógrafo lo que necesitas es tener un buen ojo fotográfico que sepa
captar la esencia; un fotógrafo no se hace con la mejor cámara, no necesita de
muchos tecnicismos, así respondió el maestro José Ángel.
Al concluir el acto y recibir los
agradecimientos por parte del público, en los que expresaron su satisfacción con la frase
“excelente organización”, sentí que como equipo organizador habíamos obtenido
el resultado por el esfuerzo realizado durante días de preproducción. El susto
de que se aparecieran pocas personas, experimentado en los primeros minutos de
espera, había dado paso a un alivio refrescante al ver al nutrido grupo de
asistentes salir por la puerta del salón de usos múltiples de la Dirección de
Cultura del Estado. ¡Misión cumplida! ¿O casi cumplida? Es difícil complacerlos
a todos.
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