martes, 4 de agosto de 2015

Liz Pérez, una bailarina con alas en los pies

Por Lotty Guerra

Liz Pérez, directora de EntreDanza Centro de Formación Integral y Puropie Danza Contemporánea | Fotografía: Lotty Guerra
La vida de una bailarina transcurre varias horas en un salón, escuchando melodías y combinándolas con movimientos que conllevan una práctica inacabable. Es una arte que requiere dedicación, pasión y esfuerzo, además de condiciones físicas que solo pueden lograrse con voluntad y disciplina. En el salón lleno de bailarines de todas la edades, con música de fondo y el conteo “uno, dos, tres, cuatro…”, característico de los ritmos y coordinación musicales, nos recibe Liz Pérez, directora de EntreDanza Centro de Formación Integral, a la mitad de un ensayo, sin embargo, esto no impidió que nos invitara a pasar con una sonrisa y nos dejara observar la magia que ocurría en el salón mientras esperábamos por una entrevista.

Liz Pérez nace el 05 de diciembre de 1975 en Caracas, Venezuela. Pasa los primeros cinco años de su vida en Francia, donde tiene su primer roce con la danza. Su trayectoria en el mundo artístico comienza en 1981. Actualmente es bailarina y directora de la agrupación Puropie Danza Contemporánea y directora de EntreDanza Centro de Formación Integral. Esta artista ha dedicado gran parte de su vida a las danzas y ha puesto dedicación para que los amantes de la cultura en el Táchira sean espectadores de este arte. 

¿Cuál fue la primera vez que Liz Pérez tuvo un encuentro con el mundo de la danza?

Mi primer encuentro con la danza no lo recuerdo, lo conozco por fotografías. Fue en la etapa inicial de estudiante, como lo tiene la mayoría de los niños de este país y del mundo entero. Mi mamá se ganó una beca Gran Mariscal de Ayacucho en el año 1975, y entonces, siendo niña viajé con mi mamá a Francia donde ella hizo su doctorado; allá estaba en un preescolar común y fue mi primer encuentro con la danza, como todo el mundo baila en la etapa inicial una coreografía regional o nacional.  No fue un primer encuentro profesional, pero fue mi primera vez y tengo mis fotografías con una maya y un vestido blanco.

Luego, mi primer encuentro formal fue en el año 1981, cuando mi mamá, recién llegada a la ciudad de San Cristóbal, me inscribió en el Centro Piloto de Danza, hoy llamada Escuela Nacional de Danza, bajo la tutela del maestro Rubén Darío Álvarez, quien luego se va al Ballet Juvenil del Táchira en la Dirección de Cultura y allí inicié mis estudios de danza nacionalista con el maestro, en el Ballet Infantil del Táchira. La danza contemporánea la conocí ya grande, con el grupo Crea Danza, me pareció fascinante y después de eso empecé a asumir la danza como un modo de vida.

¿Cuántos años lleva en esta disciplina? y, ¿qué ha sido lo más satisfactorio para usted?

En la disciplina tengo desde el 81, es decir 33 años: hice gimnasia rítmica, algo de percusión y todo lo integré a mi formación. La danza contemporánea la conocí cuando tenía 22 años aproximadamente, fui a una función de danza del grupo Crea Danza con la maestra Esperanza Plazola y una integrante del grupo era mi compañera de estudio y me invitó a la función.  Me pareció totalmente fascinante el código corporal que manejaba, o por lo menos los pasos que yo conocía como pasos de danza, aquello me pareció estéticamente bellísimo y muchísimo más a nivel conceptual y comunicacional.

Comencé a hacer clase dentro de Crea Danza con la profesora Sara Robi y con el maestro Iván Bautista, e iba a recibir clases de oyente en la Escuela Nacional de Danza; además viajé a Caracas al Instituto Superior de Danza a talleres vacacionales que eran abiertos para todo el mundo, allí comenzó toda la historia. Luego nació el grupo experimental con el que comencé como creadora e intérprete de lo que quería expresar en ese momento.

Liz Pérez, directora de EntreDanza Centro de Formación Integral y Puropie Danza Contemporánea | Fotografía: Paola Chacón
Lo más satisfactorio ha sido el proceso, no puedo decir que fue algo particular  porque todos los días comienzo a asumir la danza de otra manera, a tener maravillosas experiencias. En mis inicios lo más placentero era poder hacer una clase nueva cada vez, conocer otro género en el que pudiese moverme, además que me seleccionaran para bailar un repertorio de la compañía Crea Danza; luego fue poder asumir la dirección de Puropie Danza Contemporánea, y que me dieran la oportunidad de dar clases en la Escuela Nacional de Danza del estado y crear un proyecto propio como EntreDanza Centro de Formación Integral.

Ahora, lo más grato que me puede pasar en la vida, después de pisar el escenario como bailarina y tener experiencias mágicas, es, por supuesto, ver el fruto de las estudiantes, y tener proyectos como los de rodear el espacio público, rodearme de artistas tan maravillosos que conforman un equipo creativo. Entonces, la cosa es satisfactoria todo el tiempo y cada meta cumplida es el momento más satisfactorio hasta el momento.

¿A dónde ha llevado su trabajo?

A comprender la importancia de lo pequeño, del gesto, del contenido. Básicamente como equipo dentro del país al estado Sucre, Zulia, Anzoátegui, Mérida, Falcón, la ciudad de Caracas, y fuera hemos tenido la oportunidad de ir a Londres y a países como Colombia, México, Argentina y España, pero el lugar más importante donde me ha llevado es a la consolidación, a encontrar la vida, eso es lo más lejos que me ha llevado la danza.

¿Qué aptitudes requiere esta disciplina?

Para mí la aptitud que requiere esta disciplina es la de hacer las cosas bien y tener las ganas de dar. La danza en este momento de mi vida la siento como un regalo, en el instante que entendemos el movimiento del cuerpo como un regalo para otro estamos haciendo danza de verdad, y estamos cambiando el mundo; porque estamos cambiando la percepción de la persona con que nos encontramos en ese momento, le estamos regalando un instante de poesía a través del movimiento. Luego hay otros aspectos, hay condiciones físicas que pueden hacer que un bailarín pueda ser técnicamente extraordinario, pero hay condiciones humanas que pueden hacer que un bailarín sea mágico, trascendental en la vida de la persona que tenga la oportunidad de toparse con él.

Liz Pérez ensayando con sus alumnas del nivel Infantil | Fotografía: Lotty Guerra
¿Qué la llevó a fundar EntreDanza Centro de Formación Integral y Puropie Danza Contemporánea?

Lo que me lleva a fundar Puropie son las ganas de continuar un proyecto que ya había comenzado una agrupación dirigida por Tibairé Useche, cuando ella decide irse de la ciudad para emprender otros proyectos de vida. En ese momento sentía las ganas de continuar, de seguir expresando, explorando, experimentando, básicamente eso. Luego se convierte en un compromiso con todos los que han pasado por la experiencia.

Más tarde lo que nos llevó a formar EntreDanza Centro de Formación Integral es dar respuesta a la necesidad de formación que había sobre todo en el público, que no podía entrar a la única institución que ofrecía en ese momento formación técnica de danza clásica y danza contemporánea. Con el rigor que en ese momento Paula Restrepo y yo asumíamos la danza y con esa visión estética muy propia que ya habíamos consolidado con el espacio que nos brindó Puropie. Nosotras creamos EntreDanza dando una respuesta a todas esas personas que al ver el trabajo decían “yo quisiera aprender eso”, que a través de nuestros encuentros de producción, formación y creación de obras de Puropie no podían dar cabida a tanta gente que quería empezar de cero, sobre todo gente con vida universitaria ya, con otros intereses. Eso básicamente, nos lleva a formar EntreDanza, responderle a esa gente tan linda que desde hace tiempo nos iba siguiendo y quería empezar a formarse en esta disciplina.

Liz Pérez arreglando una pieza del vestuario de la obra Don Quijote| Fotografía: Lotty Guerra
Coreografía "Así fue", coreógrafo: Resurrección Rivera , intérpretes: Paula Restrepo y Liz Pérez, versión dúo en el Festival Mundial de Solos y Duetos. Caracas, teatro Casa del Artista. Año 2013| Fotografía Miguel Gracia

1 comentario:

  1. Hay muchisima gente que vive su vida sin haber encontrado "eso" para lo que realmente tienen talento y sienten una pasion desbordada, sin limites. Liz es una de esas afortunadas que se gana la vida haciendo lo que la apasiona y dejando huella; formando niños y brindado a los no tan niños la oportunidad de expresarse sublimemente a traves del arte... Que privilegio poder ser testigo y disfrutar de ese don con el que Liz nos obsequia en cada presentacion. Well done Liz...

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Espacio de promoción cultural dirigido por estudiantes de la carrera de Comunicación Social, cuyo fin es informar periodísticamente sobre los eventos culturales realizados en el estado Táchira, Venezuela

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