domingo, 23 de noviembre de 2014

Entrevista a Manolo Moros

Nuestro invitado al Masato Cultural de esta semana es uno de los representantes más reconocidos y de mayor trascendencia en el estado en el área de danza y baile, fundador de la Escuela de Danzas Nacionalista Manolo Moros que tiene más de 26 años de creada, y con 38 años de carrera artística que incluye presentaciones con grupos nacionales e internacionales, colaboraciones con artistas de destacada trayectoria tanto dentro como fuera del país y con una lista interminable de nombres que pasaron bajo su tutela, el bailarín Manolo Moros.


fotografia: Junior Sanchez

¿Cómo nace la Escuela de Danzas Nacionalista?

Mi escuela comenzó en el año 1988. Yo duré con Danzas Venezuela alrededor de diez años fuera de San Cristóbal y al volver decidí, después de una gran gira que tuve con la compañía, formar mi propia escuela de danzas. Fue un enero en la Feria de San Sebastián, que yo me retiré de compartir con Danzas Venezuela, cuando decidí quedarme en la ciudad. Creé mi escuela y cuatro o cinco meses después pude presentar lo que iba a ser la academia como tal, ya con formalidad. La presentación se hizo en el Círculo Militar a mis 15 años de vida artística.

Su carrera le ha permitido viajar y conocer diferentes culturas, no solo en nuestro territorio nacional, sino conocer la de varios países. ¿Cuáles son las diferencias fundamentales que percibe entre nuestra cultura y las demás?

Bueno, primero, a raíz de la danza he tenido ese placer de conocer, como tú dices, muchos países. He ido a Turquía ocho veces, a Puerto Rico seis veces, a México tres veces, a Colombia cuatro veces, a Bosnia-Herzegovina, he estado en Bulgaria, a Italia he ido tres veces, a España cuatro veces, a Frankfurt, a Etiopía, a China, en fin; la diversidad cultural de cada país es enriquecedora para cada persona que va de Venezuela, y los tiempos han cambiado mucho. Actualmente Venezuela es otra, Venezuela no mantiene esa cultura que uno desea; podría quizá mantenerla a través de las personas que, como yo, tenemos muchos años en la danza y personas que han enriquecido lo que es la danza, pero, en sí, pues se ha perdido. Lo bonito de los países a los que he ido es que mantienen un respeto por la cultura impresionante. Valoran al artista, valoran su profesión, valoran su cultura a través de sus bailes, de su folklore, de sus comidas. Cada país, por supuesto, posee una diversidad cultural distinta, México, por ejemplo, Colombia, Perú y nosotros también tenemos alguna diversidad, lo que pasa es que no tenemos el apoyo institucional, ya sea público o privado y, actualmente no se le enseña a los bailarines a amar lo que tienen, mucho menos a los que trabajan por el lado cultural. Por eso es que se pierde ese amor por el arte y, a través de los propios bailarines, el espectador pierde el sentido de apoyo.

Considerando su trayectoria tan larga en el mundo artístico, imagino que ha pasado por la tutela de grandes figuras. ¿Cuáles han sido las personas que han marcado su vida como artista?

Le agradezco a una amiga muy querida, Diana Pedroza, porque cuando yo estudiaba 6° grado quería ser parte de Danzas Táchira. En ese entonces, hablamos del año 1974, la dirigía Luis Rodríguez y Danzas Táchira era la mejor compañía de danza a nivel nacional. Cuando fui tenía 14 años y Luis me dice que era muy niño, y me mandó a la banca a esperar mi turno. Estuve alrededor de cuatro meses sentado, solamente mirando, hasta que se me otorgó la oportunidad de participar. Reitero mi agradecimiento a Diana, mi amiga, por haberme llevado, y luego  a Luis por enseñarme lo que, en parte, aprendí para poder ir a Danzas Venezuela, prepararme para el “monstruo” de la capital. Aunque fui acompañado por un amigo. Al llegar a Caracas yo voy directo a la compañía y mi compañero va a la escuela. Nunca, no sé porque, tuve la dicha de pasar por una escuela, siempre fui directo a las compañías. Ya en Danzas Venezuela, agradezco haber podido conocer el trabajo y la esencia de una mujer como lo es Yolanda Moreno; agradezco también a Patricia Moreno que, en ese momento fuera la coreógrafa y nuestra profesora de ballet. Junto a Patricia conocí a grandes maestros que venían de distintos países y nos daban distintos talleres. A nivel venezolano agradezco a un gran maestro de ballet clásico del Teatro Teresa Carreño, el maestro Rafael Portillo, que ya no está con nosotros. Lo que más me queda de eso es la huella y el valor de haber aprendido con aquellos grandes maestros y de continuar esa faceta, porque si tú no continuas lo que has aprendido ni valorizas lo que ese maestro te ha enseñado, entonces no vale la pena seguir estudiando.
              
Justamente mencionas que entras al mundo de la danza siendo un niño. No es secreto para nadie que la sociedad aún tiene arraigado valores machistas del siglo pasado, eso de la mujer a la casa y el hombre al trabajo, entonces, ¿cómo ha sido la introducción del género masculino a la danza? ¿Cómo lo has visto? Y, ¿qué sugerirías en caso de ser poco?

Respecto a eso, los valores siempre se enseñan en casa. Fundamentalmente te los enseñan tus padres. La carrera como bailarín es una profesión muy difícil, siempre estás en constante aprendizaje. Todos los días se aprende algo. Por ejemplo tú ves que un árbol se mese de una manera porque, el aire hace que en vez de moverse a la derecha, se mueva a la izquierda, entonces, como creador, introduces eso a la danza. Los valores no se pueden perder, pierdes tú como persona si dejas que esos valores se olviden. Los varones, pienso, tienen más facilidad ahora para a un grupo de danza porque, ese mito que había de que un hombre no podía entrar, ya se perdió. Lo que, no obstante, no acepta el hombre es ponerse una malla y usar zapatillas. Parece mentira pero, sobre todo en nuestra región, aquí en San Cristóbal y, en varias ciudades del país no lo acepta porque, las capitales son otra cosa.  Antes era difícil para el hombre entrar en una compañía, o un grupo dancístico, a pesar de haber cierta cantidad de hombres. Actualmente el hombre tiene más facilidad, lo que sucede, es que se mantiene el tabú de las zapatillas y las mallas, el hombre piensa que va a perder algo usándolas, lamentablemente sí se pierde algo, desde el punto de vista que, no es lo que pierden, es lo que se encuentra dentro de ellos y no lo dejan salir. Otro punto, por ejemplo, son esas cosas que tenemos ocultas dentro de nosotros y debemos dejar salir, salir de ese hoyo para poder trabajar, realizar lo que deseamos en esta vida.
              
¿Cuántos hombres y chicos tienes actualmente en la academia?

En la academia hay dos niños y solo un hombre. Con lo que voy diciendo, bailadores hay muchos, bailarines, muy pocos. El bailarín es el que tiene una técnica, un trabajo, un estudio; el bailador le gusta bailar, lo hace por hacerlo, no se coloca una malla o unas zapatillas.

Para cada maestro, sus estudiantes son su orgullo, ¿cuáles estudiantes o personas, bajo su orientación, representan mayor orgullo?

Todos, porque caemos en el ayer y en el hoy. Yo comencé un grupo en el año 1988 y esas niñas crecen, se vuelven unas hermosas mujeres, profesionales que continúan  en la danza hasta que, llega un momento en el cual ya la danza no es una prioridad en sus vidas. Por mi academia han pasado muchísimos estudiantes, varios ahora están trabajando a nivel internacional. Antonio Lázaro, por ejemplo, es un gran bailarín que trabajó en Venevisión, nos vimos hace un mes y actualmente está trabajando como bailarín en un crucero. Nacionalmente está Antoni Salinas, que es ahora el coreógrafo del ballet de Lagunamar en Margarita; Cesar Jurado es otro bailarín que sigue en Venevisión; la Dra. Sandi Vargas, es cirujano pero sigue bailando; y así hay muchos. Todos para mí representan un orgullo, haberlos formado, que se hayan mantenido y que todavía quieran la danza.

Estamos a puertas de diciembre y, con la misma rapidez, viene enero. Podríamos decir que éstas son las fechas más ajetreadas en su agenda. ¿Cuáles eventos importantes tenemos para estos dos meses tan importantes en el Táchira?


Tengo mi gala. Dos veces al año organizo una gala, la primera en mayo porque celebro el aniversario de mi academia, próxima a sus 27 años y, en diciembre, hago la gala de lo que se ha desarrollado en la academia durante el año. Los invito a que compartan conmigo en el evento “Mi Venezuela Querida” que se efectuará el sábado 29 de este mes, en el teatro Luis Hurtado Higuera de la Casa Sindical, a partir de las 6 p.m. Estoy también preparando a las candidatas para la Feria Internacional de San Sebastián (Fiss). No solamente trabajo en la parte dancística, he hecho estudios en coreografía para la gimnasia artística. Trabajé mucho con gimnastas en el estado Táchira, como con la selección Venezuela hace años y con la selección del estado Miranda,  hice un trabajo muy hermoso con ellos. Di clases en el teatro nacional Poético Venezuela, trabajando la expresión, llevándolo a lo que es la danza- teatro. Ahora estoy trabajando para la Fiss, hace 9 años que no lo hacía y este año me volvieron a llamar e hicimos la presentación a la prensa con las candidatas. En enero organizo el Festival de la Belleza y de la Danza, donde traigo agrupaciones nacionales e internacionales y dirijo el certamen Reina de Reinas con jóvenes que han sido coronadas anteriormente.


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Masato Cultural

Espacio de promoción cultural dirigido por estudiantes de la carrera de Comunicación Social, cuyo fin es informar periodísticamente sobre los eventos culturales realizados en el estado Táchira, Venezuela

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