lunes, 15 de junio de 2015

Entrevista Festival de Cine Carlos Montero

Por Lotty Guerra
Carlos Caridad Montero. Fotografía: Vía Web - Fundearc.org
Carlos Caridad Montero, nacido en Maracaibo (Venezuela), estudió en la Universidad del Zulia y en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba (http://www.eictv.org/). Su trabajo se ha expandido internacionalmente gracias a sus cortometrajes, los cuales se han mostrado en festivales internacionales como Cannes, Bilbao y São Paulo, Clermont-Ferrand, Mannheim, entre otros. Ganó el Festival Nacional de Cortometrajes Manuel Trujillo Durán (2004), en Maracaibo, con el cortometraje “Nocturno”; en el 2010, con “Más allá del valle de la Silicona”, en el Festival Internacional de Cine de Morelia. Premio Cinépolis al Mejor Proyecto Latinoamericano, Morelia LAB, entre otros premios. Es el director del largometraje de tragicomedia venezolano “3 Bellezas”,  el cual ganó Mejor película, Mejor dirección, Mejor guión en el Festival de Cine Venezolano de Mérida este año.

En esta oportunidad Lotty Guerra (corresponsal del Masato Cultural) se sienta el día de la premiación del Festival de Cine Venezolano en Mérida a platicar con Carlos Montero sobre su trabajo. Con una simpatía particular Montero se sienta en una silla color crema,  responde a las preguntas de forma natural, sin titubear, se muestra como una persona cálida que finaliza la entrevista con un apretón de manos y un abrazo amistoso.

¿Esperaba ganar tantos premios en la premiación del Festival?

No, para nada. Yo había dicho durante todo este festival que yo suelo venir para estas cosas con muy baja expectativas, nunca me formo una gran expectativa de lo que va a pasar y siempre me trato de mentalizar diciendo: “bueno, primero la película no le va a gustar a nadie y, segundo, no me voy a ganar ningún premio”; si le gusta a dos personas, ya para mi es una ganancia, y si gano un premio, es una ganancia increíble. Esta vez, de verdad, no me esperaba que iba a pasar, yo quería que ganara Diana Peñalver, la protagonista de la película, a mejor actriz como sucedió, quería ganar el premio del guion, y cuando lo gané yo ya me sentía satisfecho, yo pensaba que a partir de ahí ya ganaba “Dauna”, pero nunca pensaba que iba a pasar lo que pasó.

¿Trabajar con su equipo fue algo que usted buscó o simplemente llegó a ese equipo por otros medios?

Yo busqué a la gente, e inclusive el casting prácticamente lo hice yo, salvo los niños y uno que otro director de casting que conseguí, pero de resto duré mucho buscando la gente.

Se ha visto años atrás que el cine venezolano ha tenido un aprendizaje muy empírico, es decir, la vieja escuela no había tenido una formación como tal académica, sino era un número de personas que tenían muchas ganas de hacer cine y lo hacían empíricamente, se reunían y se esforzaban por hacer una película, pero actualmente la nueva escuela se está formando académicamente en el cine, ¿usted qué piensa acerca de eso?

Yo soy partidario de la nueva escuela, aunque lo empírico está bien después de que tú te formes, pues, el cine es muy complicado. Yo soy partidario de que el cineasta o cualquiera que esté involucrado en el proceso creativo tenga otras carreras, por ejemplo, yo soy partidario de que el productor o es economista o es ingeniero, sobre todo ingeniero, o el pos-productor porque piensan en cómo armar el flujo de trabajo, si son economistas mejor, ya que piensan cómo hacerlo para que sea más barato.  Soy de la opinión que el director debe estudiar Filosofía y Letras, por ejemplo; el guionista, también, debe estudiar Filosofía y Letras y, además, debe estar leyendo novelas desde los ocho años mínimo y luego lanzarse a lo empírico, al aprendizaje en campo más que a lo empírico, pero sí, creo que deberían tener una formación más sólida en ese sentido.

¿Qué ha aportado el cine venezolano en los últimos diez años a Venezuela?

El cine venezolano en los últimos diez años ha aportado la diversidad, la calidad y una cosa muy importante: ha reconstruido la relación con el público, una relación que se perdió en los años 90. Esas tres cosas son fundamentales para lo que está pasando ahorita, además de la calidad a niveles internacionales. Estamos construyendo un cine venezolano y está ya casi construida la cinematografía venezolana.

¿Cuál fue el reto más grande que tuvo al hacer “3 bellezas”?

Conseguir el tono de la película, ese tono que a veces tú te ríes, pero te da vergüenza reírte, o piensas que no te deberías reír, o estás como asustado, pero a la vez quieres reírte y te da pena, eso era lo que buscaba, que la gente soltara la carcajada pero que después se sintiera avergonzado de la carcajada que soltó, fue muy difícil, después de  17 versiones del guion,  fue trabajo con los actores, con el director de fotografía, fue complicado, y creo que se ha logrado bastante.

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Espacio de promoción cultural dirigido por estudiantes de la carrera de Comunicación Social, cuyo fin es informar periodísticamente sobre los eventos culturales realizados en el estado Táchira, Venezuela

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